La conexión con la Tierra, con los ríos, montes y bosques
del planeta, con el mar, con la naturaleza, con la selva es necesaria para
nuestra salud.
Cuando perdemos esta conexión, perdemos nuestro instinto,
que es lo que nos conecta con la Tierra
que nos sustenta. Para compensar esta pérdida de energía, los seres humanos nos
enfocamos en demasía en un área concreta de la vida.