martes, 19 de junio de 2018

Por un liderazgo disruptivo


No hay asuntos urgentes sino gente que tiene prisa.

Hace años, el director de formación de una conocida multinacional usaba esta frase como un mantra defensivo hacia los que le apretaban, normalmente sus jefes, demandando ratios, informes o lo que fuera, de forma urgente e inmediata.


El ansia de control se desparrama por los despachos, por las fábricas, por los mercados. Pocas personas están preparadas frente a la incertidumbre. El río de la vida fluye y no podemos empujar el río aunque sí hay procesos y resultados que podemos controlar. Sobre todo los sostenidos por la tecnología, aunque esa misma tecnología hace que esos procesos,queden obsoletos en poco  tiempo.

Las cosas tienen su ritmo, todos sabemos que no hay que empujar el río pero también sabemos que necesitamos un cierto control para desenvolvernos por la vida. La cuestión es, ¿qué cosas podemos controlar y cuáles no? ¿Dónde comenzamos a fluir y abandonamos el control?

Tenemos claro que un ambiente burocratizado y estratificado no es el mejor espacio para un liderazgo disruptivo. Por otra parte, la organización requiere de una estructura que la sostenga, pero esa estructura se vuelve burocrática y obsoleta en poco tiempo por lo que es mucho más efectivo pensar en términos de apoyos antes que de estructuras.

Además,  debemos ser capaces de trabajar en el aquí y ahora. Es el único sitio donde puede tener cabida un liderazgo disruptivo, una vez que hemos aprendido a compaginar los procesos con el fluir del río de la vida.

"Conviene diferenciar entre dos tipos (puros), que son los profetas y los organizadores o legalistas. El profeta se caracteriza por ser un hombre solitario que ha descubierto por experiencia personal, lo que podríamos llamar una revelación, la verdad sobre el mundo, el cosmos, la ética o Dios. Y los profetas de las religiones más elevadas casi siempre han tenido esas experiencias cuando estaban solos. El tipo puro del legalista-eclesiástico, por su parte, es el conservador, el funcionario, el brazo de la organización creada para transmitir a las masas la revelación original del profeta".Maslow, Religiones, valores y experiencias cumbres.

Siguiendo esta idea de Maslow, para poder ejercer un liderazgo disruptivo hemos de ser más profetas que burócratas, fluir más que controlar, vivir más en el presente que en el pasado ó el futuro, no empujar el río y pensar más en términos de apoyos que de estructuras.


No hay comentarios:

Publicar un comentario