Cuando hablamos
de cambiar, solemos visualizar una imagen de lo que queremos, un futuro posible
y que se ajuste a nuestras expectativas, anhelos, necesidades, valores e
ideales.
Esta visión
puede o no acomodarse con la realidad. Si la opción que queremos se ajusta con nuestra
realidad hablamos de una transición, si no, hablamos de ruptura. Otra posibilidad
es que otro sistema absorba mi sistema y asuma los nuevos valores y estructuras.